Se trata de un nuevo espacio de conferencias inspiradas en 'The only 10 slides you need in a pitch', de Guy Kawasaki, la regla de 10 diapositivas y 20 minutos, aplicable a cualquier presentación para optimizar la atención del público, y por tanto el éxito de la misma.
En esta sala estarán presentes varios expertos en diversas materias, que sintetizarán su sabiduría y experiencia a través de 10 puntos, que servirán como manual de buenas prácticas para llevar a cabo en cada una de sus empresas.
Crear impacto en los medios, evitar errores muy concretos a la hora de arrancar un negocio, optimizar la fiscalidad, crear una presentación para enamorar a un inversor o las claves para expandirse con éxito son sólo algunas de las temáticas que se abordarán en esta sala, de la mano de profesionales como Lourdes Álvarez de Toledo, Gerente de inversiones de la Fundación José Manuel Entrecanales; Iván García Berjano, CEO de Finanziaconnect; Raúl Ortiz, CEO de la agencia de comunicación DM Dima; Daniel Sánchez, CEO de Influencity; Daniel Vecino, Experto en estrategia ágil, innovación y neuromarketing -The Hero Plan- o David Vega, CEO de Lexington; entre otros ponentes.
Los principios de Chartier
Para Sébastien Chartier, cofundador de Salón MiEmpresa, también hay un decálogo del éxito más generalizado que marca ciertas pautas a seguir para que un emprendedor prospere con su proyecto:
1. Comprueba que existe una necesidad que aún no se ha cubierto
2. Busca la solución que puedes aportar para cubrir esa necesidad
3. Sal a la calle cuanto antes para validar tu idea o tu producto
4. Rodéate del mejor equipo de profesionales para ejecutarla
5. Asegúrate de que el mercado existe y que hay potencial de crecimiento
6. Establece ventajas competitivas
7. Define la correcta estrategia de desarrollo
8. Piensa global e internacionalízate, pero respeta las particularidades de cualquier mercado
9. Busca crear valor a largo plazo para todos (clientes, accionistas, equipo...)
10. (El más importante) Hay 3 palabras que te permitirán alcanzar el éxito: trabajar, trabajar y trabajar
FUENTE: EL ECONOMISTA