Kuwait es un país atractivo para el comercio y la inversión por su posición geográfica, la buena marcha de la economía, la amplia cartera de proyectos y el hecho de ser sede de importantes fondos soberanos.
El desarrollo del emirato árabe, situado al norte del golfo Pérsico, se ha empezado a ralentizar hace cuatro años como consecuencia de la caída del precio del crudo, su principal fuente de ingresos. Así, ha pasado de crecer a un ritmo del 10% en 2011 a un modesto 0,1% en 2014, según el Fondo Monetario Internacional.
No obstante, el gobierno del emir Sabah Al-Ahmad Al-Yabar Al-Sabah presenta importantes oportunidades de negocio para las empresas españolas. De hecho, las grandes compañías de construcción e ingeniería, como OHL, HERA, Ineco e Indra, ya están instaladas allí, según la oficina diplomática de información del Ministerio de Exteriores y de Cooperación. Esto supone, a su vez, un atractivo para las organizaciones más pequeñas de la industria auxiliar y de servicios.
Para modernizar la economía, diversificar el tejido productivo, evitar la excesiva dependencia de las importaciones y convertir al Estado en un centro financiero, Kuwait destinará más de 102.000 millones de euros del Plan Nacional 2015-2020 a desarrollar actividades en infraestructuras de obra civil y transporte, medioambiente, energías renovables, moda y construcción. España juega un papel trascendental en estos sectores, por su éxito y amplia experiencia.
Los incentivos fiscales del emirato también son un aliciente para las corporaciones foráneas. En el país asiático no existen determinados impuestos, como el que grava el valor agregado o consumo (IVA), el de la renta de las personas físicas (IRPF) y el de patrimonio (IP). Sobre el tributo de sociedades, los únicos que tienen que hacer frente a esta carga son las empresas extranjeras o las kuwaitíes participadas por personas físicas o jurídicas de fuera del país. En concreto, la contribución sobre las ganancias de las compañías es del 15%.
Para establecerse o exportar al emirato hay que buscar un agente local o bien formar un consorcio con un socio kuwaití, que tendrá como mínimo el 51% de la propiedad, según el ICEX. Así, antes de iniciar cualquier tipo de transacción, el representante debe, primero, solicitar una licencia de negocio expedida por el Ministerio de Comercio e Industria. Además, hay actividades que requieren de un certificado especial, como las telecomunicaciones y los servicios de salud, entre otros.
Hacer negocios
Los kuwaitíes prefieren hacer negocios con quienes tienen una relación personal, por lo que hay que ser paciente. Respecto a las reuniones, nunca se hacen en privado, salvo que haya que debatir cuestiones confidenciales, y se suelen celebrar por la tarde. Los encuentros de negocios pueden ser interrumpidos por las horas de oración.
FUENTE: EXPANSION