La patronal denuncia que las empresas sufren una fuerte reducción de márgenes y que su rentabilidad es mucho menor tras la pandemia a pesar de que hay mucha actividad
La empresa española da muestras de haberse quedado descolgada de la recuperación. Esta es la gran conclusión que se extrae del 'Indicador sobre la Situación de la Pyme' publicado hoy por Cepyme, que tiene el propósito de medir las fortalezas y vulnerabilidades del tejido empresarial español, compuesto mayoritariamente por pymes, y que sostiene que, pese al rebote del empleo y a haberse recuperado cifras previas a la pandemia, la pequeña y mediana empresa española aún atraviesa la situación más difícil que ha vivido el tejido empresarial desde 2014.
Este informe sostiene que las pymes se estén viendo arrastradas por los elevados costes que tienen que afrontar los empresarios, una importante pérdida de productividad y, en general, por una menor rentabilidad.
El principal problema que atraviesa la empresa es que sufre una fuerte reducción de sus márgenes: las ventas crecen, sí, pero menos que los costes, lo que deriva en un empeoramiento de su liquidez y competitividad. Para el conjunto de las pymes los costes totales subieron un 23% en el primer trimestre de 2022, especialmente por los suministros y la energía, mientras que las ventas crecieron un 19,8%.
A esto se le suma que los costes laborales se han disparado un 5,7% en el primer trimestre de 2022, el mayor incremento en años. Además, las compañías pequeñas son las que sufrieron un incremento mayor con una subida del 6,3% frente al 4,1% de las medianas. Cabe señalar que también las cotizaciones sociales se han elevado de forma exponencial en los últimos años.
Por eso las pymes encaran la próxima subida de tipos de interés y el endurecimiento de crédito con altos niveles de endeudamiento, que se han incrementado diez puntos porcentuales tras la pandemia, mientras que su rentabilidad descendió hasta el 3% en 2021, el nivel más bajo desde 2016.
Desventaja con Europa
Desde la CEOE destacan que la empresa española ha realizado un gran esfuerzo para continuar su funcionamiento y crear empleo en estos últimos meses, a pesar de que sus condiciones hayan empeorado drásticamente durante los últimos años, debido al mayor aumento de costes en décadas y a la ralentización del crecimiento de las ventas reales y también del crédito, y pese a que tengan una productividad cada vez más debilitada, tal y como refleja el indicador.
A su vez, desde Cepyme advierten que la viabilidad de las pequeñas y medianas empresas está en juego, puesto que la pandemia les obligó a endeudarse, a lo que se suma ahora el desplome de su rentabilidad, por lo que ven con temor el escenario de inminente subida de tipos por parte del Banco Central Europeo, un endurecimiento de las condiciones crediticias que ya se empieza a apreciar y el agotamiento de la moratoria concursal.
«El tejido productivo español se encuentra descapitalizado y en peores condiciones que las compañías de otros países europeos para hacer frente a la ralentización económica», denuncia la patronal, que culpa de esta peor salud que sus competidores de la UE a la falta de ayudas directas efectivas, su menor cuantía y la burocracia.
FUENTE: LAS PROVÍNCIAS