Menos de un año después de lograr dotarse de voz pública, conformando la Asociación Española de Fintech e Insurtech (AEFI), las nuevas firmas financieras y de seguros basadas en soluciones tecnológicas encaran hoy su principal objetivo: poner en marcha una regulación específica para este emergente sector que sustente su crecimiento.
Para ello, los representantes de AEFI, acogidos por el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, tienen previsto presentar hoy un “libro blanco” que marque las líneas maestras de la nueva regulación del ramo. Fuentes conocedoras del proyecto avanzan que el objetivo es impulsar la tramitación parlamentaria de esta normativa este mismo trimestre.
El libro blanco, elaborado gracias a un crowdfunding, el apoyo de asociados de AEFI como Digital Origin, Ebury o el Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), incluye aportaciones del sector y de firmas como Inversis Banco e Innsomnia by Bankia, la plataforma del ramo de la entidad nacionalizada. El texto cuantifica la magnitud del sector, detalla experiencias regulatorias comparables, realiza propuestas para España –reclamando mejoras de la legislación existente más que la creación de nueva regulación ad hoc– y plantea objetivos para mejorar la competitividad de las fintech y del sector financiero español en general en tres patas: banca, inversión y seguros.
Desde el sector aseguran que hoy día las fintech no viven en el limbo legal. “El 80% de la actividad de las compañías fintech está reglada, porque las actividades financieras están reguladas”, ilustraba recientemente a este diario Rodrigo García de la Cruz, vicepresidente de AEFI y director del programa de innovación tecnológica y financiera del IEB, quien remarca, sin embargo, que hay segmentos muy concretos de negocio, como el crowdlending (préstamos de particulares), que necesitan sus propias reglas específicas.
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Desde AEFI destacan que la falta de regulación viene retrasando su actividad, y exponen, por ejemplo, que las autorizaciones para las firmas de crowdlending y crowdfunding concedidas por CNMV vienen retrasándose meses por la falta de precedentes y de recursos.
“La regulación ha pasado de ser una barrera de entrada a una ventaja competitiva”, expone De la Cruz, apuntando a Reino Unido o Singapur como dos ejemplos del desarrollo de negocio que puede propiciar una normativa para las fintech.
Regular las fintech es también una vieja reclamación de las entidades financieras tradicionales, que vienen alertando de que estos nuevos jugadores digitales compiten con la banca sin la carga legislativa, y las garantías para el cliente, que soportan ellas. Aunque admite que entre bancos y fintech no solo hay competencia, sino también crecientes ejemplos de colaboración, el portavoz de la Asociación Española de Banca (AEB), José Luis Martínez Campuzano, advertía esta semana que, como ha planteado el presidente del Bundesbank, “sería erróneo para algunas de estas compañías desarrollar su modelo de negocio en nichos no regulados”.
Campuzano subraya la tesis alemana de que “este tipo de compañías han entrado en competencia con las entidades de crédito tradicionales en la prestación de determinados servicios financieros; esto conlleva un riesgo potencial de distorsiones”.
Hoy se dará un primer paso para dejar claras a todos las reglas de juego.
FUENTE: CINCO DIAS