Varias novedades proceden de la reforma de las pensiones de 2011... pero otras posibles variaciones se han pensado en la actual legislatura
La última década ha sido una década de cambio para el sistema de pensiones español a través de diferentes reformas cuyos efectos aún se dejan sentir. De hecho, para el próximo año se implementarán nuevos cambios que solo forman parte de una hoja de ruta que, como mínimo, se extenderá varios ejercicios más.
A diferencia de este 2022, que llegó cargado de novedades en el sistema de pensiones a raíz de la primera pata de la 'reforma Escrivá' que modificó la revalorización de las pensiones y la jubilación anticipada, las principales novedades para 2023 procederán de una reforma anterior, la de 2011. Esta reforma se plasmó en la Ley 27/2011, de 1 de agosto, destinada a aumentar la edad ordinaria de jubilación y a aumentar los periodos de cotización de cara al cálculo de la cuantía de las pensiones.
El texto, que se puede consultar en este enlace del Boletín Oficial del Estado, contempla un calendario progresivo por el cual, desde 2013, se ha venido retrasando la edad ordinaria de jubilación y estableciendo un límite de cotización que, de no cumplirse, hace retrasar la edad de jubilación más allá de los 65 años.
Ese es el primer cambio que llegará en 2023: a partir del 1 de enero la edad de jubilación ordinaria será de 66 años y cuatro meses para las personas que no alcancen una cotización de 37 años y nueve meses. Esto supone un aumento de dos meses de la edad de jubilación y una subida de tres meses en la cotización de referencia. Los trabajadores que cumplan esa cotización mantendrán una edad de jubilación de 65 años.
El objetivo de la norma contempla el final de este calendario progresivo en 2027, fecha en la que la edad de jubilación llegará a los 67 años para las personas que no tengan 38 años y seis meses cotizados. Las que sí lo cumplan tendrán una edad de jubilación ordinaria de 65 años.
El siguiente cambio para 2023 tiene que ver con el método de cálculo de las pensiones de la Seguridad Social. Este método obliga al trabajador a cotizar un número concreto de años para tener derecho a cobrar el 100% de su base reguladora y también evoluciona conforme a un calendario progresivo que hace que, para el próximo año, aumente el tiempo necesario para llegar a ese 100% de la base reguladora, lo que se conoce de forma coloquial como 'el 100% de la pensión'.
Desde el 1 de enero un trabajador necesitará haber cotizado al menos 36 años y medio para llegar al 100% de la base reguladora, medio año más que en el periodo 2020-2022, que exige 36 años. Esto se consigue reduciendo la velocidad con la que el trabajador consigue los porcentajes extra de base reguladora en cada mes adicional de cotización a partir de los 15 años:
-Por cada uno de los siguientes 49 meses (en 2022 son 106) se consigue un 0,21% extra de la base reguladora.
-Por cada uno de los siguientes 209 meses (en 2022 son 146) se consigue un 0,19% extra de la base reguladora.
Otros posibles cambios en las pensiones para 2023
En el alambre queda otro posible cambio: la ampliación del número de años que se tienen en cuenta para el cómputo de las pensiones. Actualmente se cogen los últimos 25 años (las bases de cotización de 300 meses), de hecho 2022 ha sido la última etapa de un calendario progresivo que comenzó en 2013 para subir ese cómputo desde los 15 años.
El Gobierno llegó a un compromiso con la Comisión Europea recogido en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia redactado para la recepción de las ayudas por la pandemia de coronavirus. En él se especificaba la promesa de "adecuar a la realidad actual de las carreras profesionales el periodo de cómputo para el cálculo de la base reguladora de la pensión de jubilación".
Este compromiso se detalló en mayor medida posteriormente, cuando el Gobierno firmó el calendario de las reformas pertinentes expresó la intención de diseñar "la legislación para la ampliación del período de cómputo para el cálculo de la pensión de jubilación". Un hito que se marcaba para el último trimestre de 2022.
En vista de la proximidad de esa fecha, José Luis Escrivá (ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones) ya ha anunciado que se reunirá en septiembre con los agentes sociales para hacerles la primera propuesta al respecto. Durante el último año se ha especulado con la posibilidad de ampliar el cómputo de las pensiones a 35 años, aunque el propio Escrivá ya sondeó opciones como la de mejorar el mecanismo de integración de lagunas (que rellena con bases ficticias los periodos sin cotización) o la de permitir al trabajador la elección de los años a incluir en el periodo de cómputo.
En paralelo, el Gobierno también tiene pendiente tratar el destope de las cotizaciones y el aumento de la cuantía máxima de las pensiones, dos medidas que van de la mano y que buscan un aumento de la contribución de las rentas altas con el objetivo de hacer más sostenible el sistema de pensiones, que será sometido a un sobreesfuerzo para asumir el aumento de 2023 por la nueva vinculación al IPC (Índice de Precios del Consumo) para la revalorización de las pensiones.
FUENTE: EL ECONOMISTA