El primero de ellos es no contar con un plan de negocio. Este aspecto resulta capital para cualquier emprendedor, pues se trata de la manera en la que poner en marcha nuestra empresa y ayuda a pasar con cautela todas las etapas.
Del mismo modo, se debe evitar centrarse en las pequeñas cosas. Un error producto de la inexperiencia es focalizar la atención en aspectos irrelevantes y dejar de lado lo verdaderamente importante del negocio, los aspectos que ayudarán a su crecimiento.
A su vez, son muchos los que se preocupan en exceso por el dinero. Este aspecto es importante pero a la hora de desarrollar un negocio online hay que dejarse guiar por el optimismo y planificar un plan sólido financiero que contemple cómo se conseguirán las distintas metas que se marcan durante el camino.
En paralelo, también se suele infravalorar los productos y servicios propios en pos de los de la competencia. Algo que supone un grave error, pues establecer al establecer un precio de estos elementos siempre se han de tener en cuenta los ajustes que experimenta la evolución del negocio.
A continuación se sitúa el hecho de no prestar atención al servicio al cliente. De ahí que sea importante no olvidarse de los usuarios e interactuar con la audiencia con frecuencia. De hecho lo más aconsejable es implantar sistemas de monitorización de reputación corporativa para así evolucionar de forma constante y corregir errores.
Otro de los errores frecuentes en los que caen los empresarios novatos son los regalos frecuentes. Esta modalidad de marketing es buena para mejorar la imagen del negocio pero resulta contraproducente en el largo plazo.
En este sentido, también se suele errar a la hora de analizar la actividad en redes sociales y comprobar que esta es escasa o prácticamente nula. De ahí que los expertos recomienden centrarse en estos medios para beneficiarse de las ventajas que ofrecen a los ecommerces.
Finalmente destacan las contrataciones, una actividad que es común entre los nuevos emprendedores cuando buscan aumentar el negocio. Por el contrario, esta práctica suele acabar en un fuerte un desequilibrio entre las capacidades con las que necesita contar nuestro negocio, y las habilidades que tenemos en nuestro equipo.
FUENTE: CINCO DIAS