El límite de gasto no financiero supera los 198.000 millones de euros
Mantiene el PIB de 2022 en el 4% y rebaja hasta del 3,5% al 2,7% el de 2023
El deflactor del consumo privado se actualiza al alza y rozará el 8%
El Gobierno ha anunciado el techo de gasto, el límite de gasto no financiero para 2023: 198.221 millones de euros, lo que supone un nuevo registro más elevado de la historia por tercer año consecutivo, a raíz de la ayuda europea que impulsa este tope. En total, este dato representa un crecimiento del 1,1% respecto al año pasado. Esta medida da el pistoletazo de salida para la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado del próximo año, con un gasto histórico, mientras rebaja ocho décimas el crecimiento del PIB de 2023, al 2,7%.
Así lo anunció la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero. Desgranando el techo de gasto, el tope nacional que excluye ayudas europeas escala hasta 173.068 millones de euros, con un crecimiento del 1,9%. Así, los fondos europeos y los React-EU suman unos 25.000 millones de euros a esta cuantía presupuestaria.
A su vez, la ministra de Hacienda anunció un traspaso de financiación para gastos impropios de la Seguridad Social de casi 20.000 millones, un aumento que supone un 8,1% ante la previsión de un desvío extraordinario del gasto en pensiones a causa de la revalorización con una inflación que, según el deflactor del consumo privado anunciado por Calviño, alcanzará el 7,8%.
En julio del año pasado, el Consejo de Ministros aprobó el límite de gasto no financiero del Presupuesto del Estado para 2022, que se aumentó ligeramente hasta los 196.142 millones de euros, incluyendo transferencias extraordinarias a las comunidades autónomas y Seguridad Social y parte de los fondos europeos.
Estas cuentas públicas han estado marcadas por la evolución positiva de los ingresos por cotizaciones, por ejemplo, y por un aumento del gasto público para hacer frente a la inflación. La previsión del Gobierno es que el déficit del conjunto de las Administraciones Públicas se sitúe en 2023 en el 3,9% del PIB, frente al 5% de 2022. Por tanto, continúa la senda descendente que implica una reducción del déficit de más del 60% desde el inicio de la pandemia en 2020, cuando las medidas de confinamiento contra la COVID y el despliegue del escudo social, especialmente los ERTE, provocaron un déficit del 10,1%, excluida la ayuda financiera.
Las nuevas previsiones del Ejecutivo están alineadas, según Calviño, con las estimaciones realizadas por el conjunto de organismos nacionales e internacionales, que en las últimas semanas han revisado a la baja sus proyecciones de crecimiento para el PIB español. Por ejemplo, la Comisión Europea estima un crecimiento del 4% este año y del 2,7% el próximo, mientras que el Banco de España lo sitúa en el 4,1% en 2022 y en el 2,8% en 2023.
El reto de la inflación
Y es que el alza de los precios de la energía, junto con el impacto negativo sobre las principales economías europeas fundamentalmente la alemana, están ralentizando la recuperación de la economía española tras la pandemia, que se había acelerado en el segundo semestre de 2021.
"El principal reto de la economía española en este momento es la inflación", ha reconocido la vicepresidenta primera, quien ha asegurado, no obstante, que las medidas impulsadas por el Gobierno están limitando el Índice de Precios al Consumo en más de 3,5 puntos porcentuales.
A la espera de conocer el dato adelantado del PIB para el segundo trimestre, que dará a conocer el INE el próximo viernes, Calviño ha asegurado que todos los indicadores avanzan un fuerte crecimiento de la economía española también entre abril y junio.
FUENTE: EL ECONOMISTA