Al igual que la mayoría de países de su entorno, Hungría está en proceso de completar la transición del modelo comunista a un sistema de mercado. Aunque la influencia soviética todavía se deja sentir en la opacidad del sector público y las numerosas trabas burocráticas, las políticas de los últimos años han permitido un alto grado de modernización de su economía.
Durante los últimos años, la tendencia general ha sido un crecimiento constante del PIB, con la excepción de dos años de retroceso por la crisis (2009 y 2012). El sector de servicios es el predominante -gracias a la influencia de la construcción y el turismo- pero ha sido la industria la que ha marcado la diferencia. Espoleada por la inversión extranjera, actualmente destina cerca del 60% de su producción a la exportación.
Para mantener esta orientación internacional son muy importantes tanto las buenas relaciones mantenidas con Rusia como el ingreso en la Unión Europea en 2004. Pese a que desde entonces los intercambios comerciales han aumentado considerablemente, la cuota de mercado de España es relativamente baja, por lo que todavía quedan muchas oportunidades por aprovechar.
Gracias a la integración en el mercado común, los productos españoles no tienen que pagar aranceles por su entrada en territorio húngaro. Las principales barreras se encuentran en los diversos trámites y complicaciones del sistema burocrático, que en ocasiones pueden ralentizar la comercialización de algunos artículos. En general, los canales de distribución están bastante desarrollados para todos los sectores, pero habrá que prestar especial atención al precio, que es lo que más valoran los clientes.
Para potenciar la llegada de empresas extranjeras, el Gobierno ha establecido diversos incentivos que varían en función de la zona y la cuantía invertida. Para orientarse con los distintos trámites y salvar la barrera del idioma, es recomendable contar con un socio local bien reconocido. Además, hay que tener en cuenta que el sistema fiscal del país es relativamente complejo, pues existen varios impuestos descentralizados que establecen las autoridades locales. Aunque el tipo general del Impuesto de Sociedades es del 19%, para las pymes puede llegar a reducirse al 10%.
Carácter mediterráneo
Los habitantes de Hungría tienen una personalidad menos rígida que la de sus vecinos del centro y el este de Europa, pues presentan más afinidad con la cultura mediterránea. A la mayoría les gusta establecer una relación cercana y de confianza con sus socios. Al comienzo de las reuniones, es habitual intercambiar tarjetas de visita, en las que se especifiquen los títulos universitarios, pues es algo a lo que se concede bastante importancia. Durante las negociaciones hay que tener paciencia, ya que los húngaros son muy detallistas y quieren comprender bien todos los aspectos de un acuerdo.
FUENTE: EXPANSION